Una gran oportunidad para repensar la educación paso a paso

Instituciones Educativas

Nombre del Directivo Docente entrevistado: German Daniel Pineda
Institución Educativa: Colegio Argelia
Municipio: Bogotá  Departamento: Bogotá

Preparación y Motivación

Este Colegio Argelia hace parte de la red de la Alianza Educativa junto con otras 10 instituciones educativas de Bogotá. Su rector, Germán Daniel Pineda, nos cuenta su experiencia con la implementación de la alternancia.

Los colegios de la alianza educativa siempre se hace una evaluación en la cual revisan las necesidades de las comunidades educativas. Hace un año cuando se inició el proceso de la virtualidad se evaluaron formas de implementar, con la comunidad de esta institución, una estrategia que fue denominada ‘aprende en casa’. 

Sin embargo, desde un principio se pensó y un regreso a la presencialidad, por lo cual se comenzó a considerar la posibilidad de hacer un piloto de reapertura en el año 2020 para identificar las necesidades de aprendizaje, habilidades socio-emocionales- HSE, y de generación de ambientes familiares seguro con aquellos casos de violencia intrafamiliar que se presentaron en el hogar. 

La implementación de este piloto, que fue de carácter voluntario en las instituciones, permitió evaluar los aspectos positivos y por mejorar para un segundo proceso de reapertura, recuperar la confianza con los estudiantes y así comenzar a crear una cultura donde si era posible regresar bajo condiciones seguras. 

En preparación para la implementación, se hizo un repaso de los recursos disponibles, modificaciones y requerimientos, tanto de la planta física como del personal y los estudiantes. Con este insumo se diseñaron los protocolos a nivel de la alianza educativa, con la orientación de expertos que aportaron una visión científica.

En la institución se adaptaron estos protocolos al contexto propio de la comunidad educativa y con base en ellos se comenzaron a organizar los horarios y la logística. En este punto se abrió un espacio de reflexión en torno al propósito y los beneficios de la reapertura, en contraposición con los riesgos percibidos por cada uno de los actores.

Implementación

Para el rector, implementación fue más sencilla que la planeación, debido a que los estudiantes acataron los protocolos y fueron conscientes tanto del cuidado propio como de los demás. También, algunos padres y estudiantes manifestaron sentirse más seguros que en otros espacios porque en todo momento había acompañamiento y organización frente a los protocolos. Esto generó confianza en los demás miembros de la comunidad educativa y fomentó su disposición a regresar presencialmente.

Durante el primer pilotaje, en octubre de 2020, los estudiantes asistían solo un día a la semana. Se tenía una bitácora donde diariamente se registró la experiencia, esto permitió organizar la estrategia en el año 2021, estableciendo prácticas y rutas de atención para las eventualidades propias de la cotidianidad en la institución. 

Este 2021, la institución se encuentra en una primera fase de adaptación del segundo piloto, en el cual se están recibiendo más estudiantes en la mañana y en la tarde, dos veces a la semana, cada 15 días. En esta etapa los estudiantes interesados asisten voluntariamente con previa capacitación, sensibilización e información.

De esta forma, todos los estudiantes que poseen un consentimiento informado firmado por parte de sus familias asisten bajo seguimiento diario para minimizar riesgos epidemiológicos. Para ello, en la institución se trabaja con grupos de máximo 12 estudiantes que se denominan ‘burbujas’, que gozan del acompañamiento constante de un docente. 

Al llegar a la institución los estudiantes encuentran una demarcación que indica las rutas de acceso habilitadas y deben seguir los protocolos de bioseguridad para evitar aglomeraciones, se lavan las manos en los espacios adecuados, y proceden a ingresar al salón. Recientemente, se decidió eliminar la toma de temperatura, según las indicaciones de la secretaría de salud, y se fortaleció el registro continuo de síntomas. Así, durante la jornada el equipo de bienestar monitorea y acompaña diariamente las burbujas para diagnosticar e intervenir estudiantes que presentan síntomas de enfermedad o necesidades socioemocionales.

En las aulas se hace un trabajo pedagógico de profundización de aprendizajes dados en las clases virtuales. En este proceso de profundización se amplía la información vista y se trabajan ejercicios con dinámicas distintas para fortalecer los aprendizajes. Adicionalmente, en las jornadas presenciales se trabajan competencias específicas y transversales de las áreas, desarrollo socioemocional, artístico y físico. 

Con lo anterior, se avanza en el currículo a través de las clases virtuales, lo que se hace en la virtualidad se profundiza en el colegio. Esto se hace con el objetivo de no generar brechas con los estudiantes que no están asistiendo de manera presencial y que todos los estudiantes de un grupo avancen al mismo ritmo. Este año, el centro del currículo se enfoca en la virtualidad porque es donde mayor participación de la población estudiantil se tiene actualmente.

Por otra parte, hay estudiantes que no tienen conectividad y van al colegio, pero en vez de hacer trabajo presencial con las burbujas utilizan los computadores del colegio para continuar con sus clases virtuales. Este modelo ha sido exitoso hasta el momento.

En los descansos, los estudiantes tienen derecho a alimentos por medio de bonos dados por la secretaría de educación y disponen de espacios bioseguros para consumirlos; también, hay zonas específicas para que los estudiantes de cada burbuja puedan jugar e ir al baño.  En total la jornada dura 4 horas.

Luego de la salida de los estudiantes se inicia el proceso de desinfección de todo el colegio, el conteo de los estudiantes que asistieron y la verificación de ajustes por hacer con base en las situaciones presentadas durante el día. Finalmente, en caso de una eventualidad o posible contagio se tiene un salón auxiliar para movilizar a las burbujas o estudiantes.

Con los docentes se ha partido de la premisa de que la participación en el pilotaje es voluntaria y así como del interés de los maestros, con quienes se compartieron los protocolos y el propósito de regresar bajo alternancia: fortalecer y acompañar aprendizajes, proteger y apoyar el bienestar socioemocional tanto propio como de los estudiantes más vulnerables.

En este sentido, los espacios del colegio son terapéuticos y ayudan a contener las emociones tanto de los estudiantes como de los mismos decentes. Todo ello motivó al cuerpo docente entendiendo que también había preocupaciones y miedos, por lo que se acordó un regreso progresivo. El primer piloto se inició con un pequeño grupo de 22 voluntarios y finalizó con un 70% de los docentes interesados en regresar bajo alternancia. Algunos se encontraban renuentes en un principio, pero la ventaja de dar el ejemplo con el piloto y compartir las experiencias de forma transparente contribuyó a generar motivación.

Para el segundo piloto este año, solo los docentes que presentan comorbilidades acordaron continuar desde la virtualidad y aquellos que de todas maneras han querido retornar deben contar con un aval médico previo. Actualmente, 47 de los 50 profes de la institución se encuentran laborando de forma presencial. 

En preparación para la implementación se hizo capacitación y simulacro de la aplicación de protocolos, en el cual los maestros asumieron el rol de estudiantes en diferentes escenarios y situaciones. Este ejercicio permitió identificar distintos niveles de riesgo y rutas de acción oportuna.

Con la comunidad las novedades y avances del proceso con los estudiantes son comunicados semanalmente, el rector confía en que esta estrategia muestra con el ejemplo que la reapertura exitosa es posible. En respuesta, cada vez más familias y estudiantes quieren sumarse o piden más días de reapertura.

Para las clases, se han establecido horarios en los que los docentes vienen a la institución uno (1) o dos (2) días a la semana, para alternar las actividades virtuales y presenciales. Uno de estos días se dedica solo a las jornadas presenciales.

De acuerdo con los protocolos, cada docente o directivo revisa no tener síntomas el día anterior. Al momento de que alguno reporte síntomas se han organizado turnos en los cuales otros maestros estarían disponibles para acompañar las burbujas a su cargo.

 

Retos

El principal reto ha sido ganar la confianza de la comunidad y fomentar en ella la percepción de que es posible una reapertura progresiva gradual y segura. En el comienzo ha habido muchas dudas e inquietudes frente a la pertinencia del proceso, con base en la percepción que las familias tenían frente a los riesgos. El mensaje que este rector ha transmitido es que ‘el hecho de que nos encontremos en pandemia no significa que no se pueda hacer una reapertura segura’. En particular, el entendimiento y apropiación de los protocolos en las familias ha sido retador, pero con el tiempo estas han adentrado en la lógica de la reapertura. 

Actualmente ese reto se convirtió en una oportunidad porque los estudiantes con quienes se ha hecho pedagogía de los protocolos han comenzado a aplicarlos y transmitirlos en casa con sus familias.

El segundo gran reto ha sido la logística, en especial en relación con el clima de Bogotá, donde han sido constantes las lluvias. En el colegio no hay lugares para resguardarse del clima a la entrada y salida del colegio, por ello ha sido necesario que las familias y estudiantes traigan sombrillas y ropa adicional para mantenerse secos y evitar enfermedades.

Se han tenido nuevos retos de inclusión con estudiantes de necesidades educativas especiales. En particular, una estudiante sorda había aprendido a leer los labios de los docentes y el uso de tapabocas se convirtió en un limitante. En general, esto mismo se convirtió en una oportunidad para que el equipo docente implementara recursos pedagógicos adicionales para la adaptación de las clases y se contrató personal de apoyo adicional como parte de la intervención con varios casos particulares como el de esta estudiante.

Otro reto propio del modelo implementado en la institución ha sido manejar la expectativa de algunas familias que desean que haya jornadas presenciales todos los días. Esto no es posible actualmente porque la virtualidad continúa siendo el principal canal de aprendizaje y por ende ocupa la mayoría del tiempo y recursos de los docentes. Así, encontrar un equilibrio entre las necesidades de la comunidad y los recursos disponibles bajo el esquema actual no ha sido sencillo.

Finalmente, hay una consciencia de que las dificultades académicas se encuentran ligados a los retos socioemocionales, se ha comenzado a trabajar en ello, pero no ha sido fácil para la institución llevar a cabo proceso de contención emocional de los estudiantes en casa.

El reto de fondo continúa siendo poder garantizar la continuidad en las trayectorias de aprendizaje dado el rezago que se presentó en el año 2020, en particular para la institución, ha sido retador poder evaluar y hacer seguimiento a estos aprendizajes con los estudiantes. 

En el futuro vienen retos más grandes con los procesos contención frente a situaciones ocurridas durante el aislamiento y la recuperación de aprendizajes. 

 

Aprendizaje que deja la experiencia

El directivo recomienda hacer un ejercicio individual e institucional de reflexión para definir los parámetros bajo los cuales se quiere hacer el ejercicio de reapertura. 

Es legítimo tener miedo y dudas, pero también hay que creer en las oportunidades que tienen las familias y los estudiantes. En este sentido, los directivos son un ejemplo para toda la comunidad educativa, deben tener confianza y la tranquilidad tanto en lo que se dice como en lo que se hace incluso en las acciones pequeñas. Es necesario creer que el modelo puede funcionar y si es posible una reapertura gradual, progresiva y segura.

Así mismo, es clave iniciar por etapas y hacer pruebas seguras en el proceso para identificar lo que funciona y lo que no. En esta coyuntura no es posible eliminar los riesgos de contagio, pero haciendo pilotajes con grupos pequeños se pueden dar aprendizajes que permitan expandirlo progresivamente al resto de la población estudiantil. 

En todo este camino es crucial creer en los estudiantes, son ellos quienes mejor han implementado y difundido el uso de los protocolos, y en ese sentido le han dado a los directivos y docentes una gran lección.

Los niños necesitan una nueva perspectiva de trabajo y en ese sentido la educación tradicional requiere de ajustes. Algo positivo de la pandemia es que es una oportunidad para repensar el propósito de la educación en el siglo XXI y reestructurar los currículos priorizando las temáticas que atienden a las necesidades reales de los estudiantes. Es también una ocasión para replantear el perfil de persona que se quiere formar en las escuelas y crear en un modelo que le ayudará a los estudiantes a consolidar sus proyectos de vida. 

En este proceso de reestructuración y transformación educativa este rector ha llegado a la conclusión de que va más allá de lo académico e involucra una nueva dimensión socioemocional, que a su vez requiere crear una nueva cultura de aprendizaje en conexión con el ser.

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